No guardes los zapatos de baile ni apagues la música solo porque ya no te sientas tan joven. Mover el esqueleto y sacudir el cuerpo mientras te dejas llevar por el ritmo es una actividad terapéutica muy valiosa a cualquier edad. Gracias a los beneficios de la música y el baile, estos se han usado para sanar a lo largo de la historia.

Hoy sabemos mucho más sobre cómo y por qué la música y el baile pueden sanarnos. Si volvemos la mirada al pasado ahora podemos entender las ventajas de las danzas chamánicas en Siberia, los tratamientos con música en las antiguas culturas islámicas e, incluso, podemos aprender sobre cómo Pitágoras usaba la música para aliviar su cuerpo.

El papel del cerebro en la música y el baile

En algunas investigaciones recientes se ha encontrado que la música activa varias regiones cerebrales, entre las que se incluyen las responsables de las emociones, la memoria y el movimiento. Un área destacada que está en estudio es la corteza prefrontal medial, la región del cerebro justo detrás de los ojos. Esta región vincula la música con las emociones y los recuerdos. De hecho, en algunos estudios se observa que esta región es una de las últimas en verse afectadas por la enfermedad de Alzheimer. Es por eso que el paciente típico de esta enfermedad puede recordar música de su juventud y cantarla, incluso si ha perdido otros recuerdos.

Con la musicoterapia y la bailoterapia, podemos aprovechar la neuroplasticidad de la corteza somatosensorial. Esta región forma un arco que cruza el cerebro por arriba, del punto sobre una oreja a la otra, y nos ayuda a planificar, controlar y ejecutar movimientos de baile. También nos ayuda a procesar y regular las emociones. Es más, se han descrito cambios estructurales en el área somatosensorial en personas con ansiedad y depresión. Por ejemplo, tener un menor grosor cortical y volumen de materia gris en la corteza somatosensorial está relacionado con los trastornos depresivos.Como resultado, algunos investigadores han deducido que la estimulación cerebral profunda podría ser de utilidad en el tratamiento de estos trastornos.

 

Beneficios de la música y el baile

Mejor rendimiento cognitivo

Algunos estudios indican que poner música de fondo puede mejorar el rendimiento cognitivo en las personas mayores. De hecho, escuchar música animada puede facilitar que la información se procese más rápido y escuchar música animada o tranquila puede mejorar la memoria. Eso se debe a que la música activa las regiones cerebrales encargadas de la memoria.

Y no te olvides del baile: en algunas investigaciones se señala que las personas que bailan con regularidad pueden disminuir su riesgo de sufrir de enfermedad de Alzheimer más adelante en su vida hasta en un 76 %.

 

Mejor estado de ánimo

¿Estás triste? Desempolva tus zapatos de baile. Existen estudios, incluidos algunos que datan de la década de los ochenta, que demuestran que bailar con regularidad puede disminuir la depresión y la ansiedad. Esto se debe a que bailar es una forma excelente de lidiar con las emociones y liberarlas, en lugar de reprimirlas. También es mucho más fácil expresar tus sentimientos mediante el baile que hablar de ellos con, por ejemplo, un terapeuta.

Asimismo, algunos investigadores han observado que quienes intentan mejorar su estado de ánimo intencionalmente con música, notan una mejora en apenas dos semanas. Ten en cuenta que el tipo de música que elijas es importante. La música clásica y de meditación son los tipos que tienen las mayores ventajas para mejorar el estado de ánimo. Por otro lado, la música tecno y el heavy metal no son eficaces e incluso pueden ser destructivos.

 

Mejor manejo del estrés

Las aplicaciones de meditación con música relajante están en auge. Y por buenos motivos, porque escuchar música meditativa puede ayudarte a gestionar el estrés. En un estudio con participantes que escuchaban música relajante, sonidos de agua corriendo o nada antes de que se les presentara un estresante, quienes escucharon la música relajante regresaron primero a su estado inicial de relajación.

Bailar también tiene un efecto relajante. Al bailar tango (en solitario o con pareja), la hormona del estrés cortisol disminuye. Vale la pena mencionar que aumenta la testosterona, una hormona que contrarresta el estrés. ¿Quieres potenciar todo aún más? ¡Baila con una pareja! Practicar con una pareja de baile facilita la liberación de oxitocina y reduce la ansiedad y el dolor.

 

Mejor manejo del dolor

El dolor crónico puede afectar hasta la mitad de la población del mundo en cualquier momento dado, pero los tratamientos modernos contra el dolor pueden ser ineficaces o, peor aún, adictivos. La fibromialgia es una enfermedad caracterizada por síntomas de dolor crónico. En un estudio de cuatro semanas que se llevó a cabo con pacientes de fibromialgia, se encontró que quienes escucharon una hora de música a diario tenían considerablemente menos dolor que el grupo de control. No solo tuvieron menos dolor, sino también menos depresión.

De igual forma, en un metaanálisis de pacientes con fibromialgia se concluyó que en quienes bailaban con frecuencia, se reducía el dolor de forma considerable. Bailar no solo reduce el dolor, sino que también mejora la capacidad funcional y la calidad de vida.

 

Más conexión

Cuando alguien baila o hace música con otras personas, libera endorfinas, lo que deriva en una sensación de vinculación y conexión. Esta sensación de conexión puede ser especialmente importante en las décadas de los cuarenta y los cincuenta, cuando empieza a haber cambios en los círculos sociales, como la mudanza de los hijos y el fallecimiento de los padres.

Tener una mayor conexión también se extiende más allá del ámbito material. Cuando se baila en comunidad, es posible llegar a un estado alterado de consciencia en el que se entra en un estado de flujo o profundamente meditativo o espiritual.

 

Sanar de un trauma

Muchos de nosotros hemos padecido traumas, ya sea que se consideren grandes o pequeños. Cuando se ha pasado por algo así, se experimenta una ruptura entre la parte del cerebro que es lógica y la parte límbica y emocional. El cerebro más cognitivo intenta proteger a la persona de las emociones del trauma mediante la represión de recuerdos y pensamientos dolorosos. El baile y la música ayudan a que el cuerpo procese el trauma de una forma segura para el organismo.

 

¿Puedes bailar?

Algunas personas mueven el cuerpo y sienten inmediatamente el ritmo, pero otras no. Eso se debe a que nuestra capacidad de movernos siguiendo el ritmo está determinada por cientos de genes. Pero no dejes que una falta de ritmo en las venas te detenga.

En lugar de ver el baile como algo refinado, como los bailes de salón, piensa que es movimiento con atención plena. Al llevar tu atención al ritmo de la música y a cómo se mueve el cuerpo mientras bailas, obtendrás los beneficios de la música y el baile. Y si te da vergüenza, puedes bailar en tu casa en lugar de ir a una clase. Además, deberías soltar creencias limitantes como que «ya no tienes edad para bailar». Ante la duda, ¡menéate!

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